una vez despertó
dentro del cazador, Herne,
la secreta necesidad de aprender
las costumbres de sus antepasados.
Él amarró unas grandes cuernas a su cabeza
y corrió desnudo
a través del bosque y del viento.
Incluso ahora, se puede oír
su cuerno salvaje. Así fue como
un hombre descalzo
se convirtió en un dios
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