Cabalgando los vientos nocturnos, libres y sin riendas,
Los jinetes de la Cacería Salvaje corren indómitos
El cuerno de caza suena como un retumbo,
Cientos de caballos pasan como el trueno.
Las estrellas se agrupan en sus crines ondeantes,
Mientras la puerta del Otro Mundo se abre nuevamente,
Llevando los espíritus de aquellos que nos precedieron;
Y de aquellos a quienes susurramos en lenguaje secreto.
Los cazadores salen de las sombras de los árboles
Dejando su mensaje en la brisa otoñal.
Hacen girar la rueda cósmica del destino
Porque ellos son los guardianes de la puerta.
-James Kambos
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