Ambite (Madrid) tenía el descampado de Querencia, y un lugar relacionado también con milagros, cercano a Fuentespino: la Cruz de Ambite. Cuenta la leyenda que circulaba de noche por este paraje un monje que venía de Mondéjar o Pastrana a caballo, cuando se desató una gran tormenta. A la luz de un rayo, el animal se asustó y estuvo a punto de caer por el precipicio. La reacción del jinete fue gritar: “¡Válgame la Cruz de Ambite!”. Instantáneamente, el caballo clavó sus herraduras en el borde de la piedra y allí han quedado las marcas hasta hoy. En agradecimiento, el monje mandó traer de Roma un lígnum crucis –reliquia de la cruz de Cristo-, que se custodia en la parroquia de Ambite. El lugar es impresionante, una especie de “Roca Tarpeya” alcarreña que sugiere la celebración de sacrificios humanos en tiempos pretéritos, mediante el sencillo procedimiento de empujar a las víctimas al vacío. Hoy día se puede ver una cruz de piedra, torcida, que fue mandada poner por el religioso a quien salvó el rayo. (La leyenda toledana cuenta que la “Roca Tarpeya” del Toletum romano era un lugar de suplicio que se alzaba amenazante sobre las lúgubres mazmorras de la prisión ciudadana, situada en el hoy denominado paseo del Tránsito, sobresaliendo en altura y de arriesgada forma sobre las aguas del río Tajo, del que la separaba un amplio y pedregoso precipicio al que eran arrojados los condenados a muerte).
Juan Ignacio Cuesta Millán y Miguel Zorita Bayón, HISPANIA INCÓGNITA, págs. 423 y 424
Para más información sobre ésta y otras leyendas de Ambite: http://www.ambite.es/index.php